Las referentes del Área Social de FECOVI, Elvira González y Carla Paroli presentaron este miércoles en COVITV I el nuevo Protocolo de actuación ante situaciones de violencia basada en género. Participaron Claudia De Lisio, directora de la unidad de Planificación y Desarrollo Institucional de INACOOP, Fiorella Castro y Marcela Díaz, en representación del Instituto Mujer y Sociedad, los directivos Luis Llorca y Hugo Montaño y la coordinadora ejecutiva Fernanda Sclavi, junto a decenas de cooperativistas.
En un intercambio verdaderamente participativo que nos permitió reflexionar sobre la violencia estructural y la subterránea, la desigualdad de oportunidades y la intersección entre los feminismos y el cooperativismo, las y los participantes coincidieron en la importancia de transitar hacia acciones que promuevan esta perspectiva y que faciliten la regulación de prácticas contra la violencia basada en género.
Para Fiorella Castro y Marcela Díaz “hoy nos encontramos con ciertas resistencias a avanzar en los temas de género y equidad. Se ha avanzado un montón, pero también se ha retrocedido un montón. En Uruguay hay muchas mujeres que han logrado niveles de autonomía, pero hay otras que están en situación de semi esclavitud”, aseguraron.
En el mismo sentido, Elvira González reconoció que “el cooperativismo no está ajeno a la vida y a todos nosotros. Cuando llegan casos de violencia de género al Área Social, es porque ya está explotados. Estos caminos de ‘para atrás y para adelante’ nos están reafirmando que es necesario poner el tema sobre la mesa”.
“Parece extraño que estemos hablando de violencia en las cooperativas, si se supone que estas organizaciones se basan en la participación democrática, en el respeto y la solidaridad, en la igualdad de acceso, el compromiso con la comunidad y la democracia económica”, dijo Claudia De Lisio. Pero expresó que esto ocurre porque “al momento de entrar a las cooperativas, lo hacemos con todas nuestras cargas o bagajes, que son nuestras experiencias, estereotipos y prejuicios”. Señaló también que, en términos generales, “está muy presente el mito de la construcción de una sociedad más equitativa en relación al género. Estamos mejor, es cierto, pero son conquistas frágiles. Por eso, el camino es lento, pero es en grupo”.
En este sentido, Hugo Montaño consideró que “la única manera de que el protocolo sea un documento ‘vivo’ es que llegue a las asambleas de cada cooperativa y que sirva de instrumento para el intercambio y la reflexión”.